El comunicador Marcelo Castelo da pautas para salir airosos al hablar ante los demás

El autor de “¡Si lo sé, no lo digo!”, sostiene que “convertir una pregunta envenenada en una respuesta suicida depende, en gran medida, de nosotros mismos”

El empresario, ejecutivo y comunicador Marcelo Castelo presentó esta tarde su libro “Si lo sé, no lo digo” en un acto que tuvo lugar en la sede de Afundación en Ourense y que incluyó la conferencia a cargo del propio autor titulada “Los muchos mitos y las pocas verdades de la comunicación no verbal”.

El acto, organizado por la Asociación provincial de Libreros, la CEO y Empresa Activa, con la colaboración de Afundación, fue presentado por Lois Babarro, presidente de la Agrupación de Jóvenes Empresarios, con quien el escritor estableció un atípico diálogo de contraste de ideas sobre la comunicación y la capacidad de hacer llegar los mensajes personales a los demás. Castelo fue señalando algunas realidades y otras que lo parecen, pero que no pasan de la categoría de mitos, según su dilatada experiencia en este ámbito.

Su intervención estuvo salpicada de ejemplos, anécdotas y estrategias reales protagonizadas por personajes del mundo de la empresa conocidos por haber obtenido éxito en su actividad y poseedores de habilidades innatas para comunicar bien, aunque también el aprendizaje puede reportar beneficios a quienes estén interesados en ser comunicadores eficaces.

De ejemplos reales y de mitos va precisamente el libro que presentó Marcelo Castelo, quien sostiene que “los periodistas afirman que no hay pregunta impertinente sino respuesta inconveniente, axioma que parece ser ignorado por una parte importante de los profesionales que cada día se someten a las inquietudes de un periodista, auditorio o director de personal”.

En este sentido, Castelo afirma que “el turno de preguntas es un momento especialmente comprometido que puede provocar que una exposición que estaba resultando exitosa se convierta en un pequeño Waterloo”. Por ello “convertir una pregunta envenenada en una respuesta suicida depende, grandemente, de nosotros mismos”.

Por ello, con el libro “¡Si lo sé, no lo digo!”, ha tratado de exponer “técnicas y herramientas que permiten salir de la situación de forma airosa, si la ocasión lo permite, o sin más descrédito si el escenario es lo máximo que nos permite”.