Ana María Malingre explicó en la CEO la historia de la fundición que perteneció a su familia

Ana María Malingre, experta en Arte Antiguo y Medieval, descendiente de la familia Malingre, ofreció una interesante y concurrida conferencia en el salón de actos de la Confederación Empresarial de Ourense, en la que habló de la trayectoria empresarial de sus antecesores al frente de la mítica Fundición Malingre. Sus raíces están en Bélgica, concretamente en Charleroi, y de allí llegó el tatarabuelo de la ponente Arturo Malingre, en 1864, cuando contaba con 30 años de edad. Traía la intención de montar una fundición de hierro, entonces industria puntera en España, implantando la fundición con fines industriales, que todavía no se hacía aquí.

Ana María cree que la razón por la que su antepasado se estableció en Ourense tiene que ver con el proyecto de construcción del ferrocarril que unía Galicia con la meseta, lo que significaba una oportunidad de negocio. La realidad es que la obra se retrasaría varios años, pero probablemente esa circunstancia fue la que le atrajo hasta aquí.

Malingre contó también la historia de la empresa, que funcionó durante 113 años y se convirtió en un emblema. Primero estuvo en la calle de Reza, luego en el Parque de San Lázaro y, finalmente, en 1896 se estableció en el barrio de O Couto, en la margen superior de lo que es hoy el cruce de Ervedelo y la Avenida de Portugal y también en la acera derecha de Ervedelo, justo enfrente de la anterior, en el solar que hoy ocupan las Galerías Malingre. A principios del siglo XX era la empresa más importante de Ourense, ya que en 1911 daba empleo a 100 trabajadores y contaba con comedor. “Era la empresa de Ourense”, dijo la ponente.

La huella de Malingre sigue viva en la ciudad, como las estatuas de Lamas Carvajal, Prado Lameiro o Vicente Risco, así como muchos monumentos mortuorios en el cementerio de San Francisco. Fabricó las primeras cocinas de hierro, también llamadas económicas, y las primeras barandillas de hierro en los balcones de la ciudad. Para el campo significó “una pequeña revolución”, en palabras de la nieta de Manuel Malingre Parmentier, que protagonizó la época más brillante de la empresa, con la fabricación de prensas para el vino, estrujadoras, sierras de aserraderos o piezas para los molinos harineros.

La conferencia estuvo organizada por la Asociación de Mujeres Empresarias (AME), que preside Marisol Nóvoa, en tanto que la presentación corrió a cargo de Cruz Bangueses.

 

Conferencia en la CEO 29-2-16 Ana Mª Malingre,Mª Sol Nóvoa,Cruz Bangueses