La CEO lamenta profundamente el rechazo a los nuevos estatutos de la CEG que perpetua la senda que hace peligrar su supervivencia

Sostiene que supone “perder la oportunidad para devolverle el protagonismo y la capacidad de gestión que necesita”  

La Confederación Empresarial de Ourense (CEO) “lamenta profundamente” el rechazo a la aprobación de los nuevos estatutos de la CEG por los que ha de regirse el funcionamiento de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) en el futuro y que permitirían “adecuar la organización a los nuevos tiempos, además de impulsar su actividad y la capacidad de representación del empresariado gallego”.

Según la CEO, la decisión tomada en la asamblea de hoy “perpetua la senda que nos ha traído hasta aquí y que hacen peligrar la supervivencia de una institución como la CEG, que históricamente ha jugado un papel de gran importancia en la representatividad del empresariado gallego y en su calidad de portavoz de las reflexiones y reivindicaciones del sector”.

El rechazo a los nuevos estatutos resulta “tan decepcionante” para la entidad que agrupa a los empresarios de la provincia de Ourense, “que nos sume en un momento de tristeza, por la incapacidad demostrada para superar la crisis de los últimos años y devolver la pujanza a la CEG”, sobre todo “después de haber dedicado muchas horas y esfuerzo durante meses para conseguir unos estatutos que se convirtiesen en instrumento adecuado para dejar atrás las causas que nos han traido hasta aquí”.

Después de lo ocurrido hoy, la Confederación Empresarial de Ourense “se replanteará su relación de futuro con la CEG, tal como ha acordado nuestra junta directiva en su última reunión, ante la eventualidad de un desenlace como el que acaba de materializarse”. En este sentido, los responsables de la entidad empresarial ourensana entienden que “aunque la CEG debe mantener el mandato que la Constitución le confiere en el ámbito de la negociación laboral y otros de carácter institucional, carece de sentido mantener el estatu quo actual en una organización en la que la mayoría de sus miembros pretenden seguir detentando una capacidad de decisión que en realidad sólo sirve para que la CEG sea un ente inoperativo. Y ese juego ni merece la pena, por inútil, ni se lo merecen los empresarios”.